15.2.10

La Razón Correcta




El interior de un Oxxo está siempre bañado con un exceso de luz. Si la sensación
de hiperrealidad es incómoda estando sobrio, ahora a medios chiles es casi insoportable.
Me siento menos real y definido que ese paquete de Gansitos.

La chica tras el mostrador lee una revista de chismes, con mucho más tedio que verdadero
interés. No parece siquiera haber notado mi presencia y eso que soy el único cliente
a éstas horas. Pongo un par de Tonayanes frente a ella y le pido una cajetilla de Delicados.

Alza los ojos hacia mí y yo le dirijo lo que creo es una sonrisa, pero por la cara que
puso me parece que más bien descompuse mi rostro en una mueca extraña; con desgano
toma los cigarros y los pone en el lector láser.

No es fea, tampoco una belleza, pero la experiencia me dice que el alcohol hace que mis ojos le encuentren vetas de belleza hasta a Freddy Krueger.

¿Te ofreciste a venir o tus amigos te obligaron? - Tardo un par de segundos en darme
cuenta que la voz es de ella y que me está hablando a mi. - ¿Qué te hace pensar que
vengo de una fiesta o siquiera que voy a una? – respondo como Sócrates - No llevo aquí
tanto tiempo pero ya he aprendido que cuando alguien llega a comprar chupe después
de la una de la mañana con puras monedas de dos pesos, significa que le tocó armar la
vaca y traerla aquí.

Ahora si sonrío bien. Chica lista

No has respondido mi pregunta - dice en medio de un discreto bostezo – Antes de responder atisbo un piercing en la mitad de su lengua, de esos que brillan con luz negra.

- Vine yo por ser el menos pedo y el que mayor iniciativa de seguir chupando tuvo.

Es ahora ella la que sonríe, se acerca un poco a mi y pregunta - ¿está buena tu fiesta? - Noto un inconfundible olor a bacacho salir de su boca y con el rabillo del ojo veo una anforita a medio llenar (entre mas pedo estoy, mas optimista me vuelvo) y una completamente vacía.

Ella está más peda que yo aunque lo disimula mejor.

Ya no tanto –confieso- el anfitrión se encerró con una invitada y los que quedan están malacopeando. Un pequeño gesto de frustración se dibuja en su cara, pienso en la pieza
de su lengua y recuerdo de pronto que solo hay dos razones por las que una chica se
perfora la lengua, de modo que decido arriesgarme y digo:

"Pero yo vivo a menos de dos cuadras y ahora tengo alcohol y cigarros. ¿Cómo verías
que mandáramos a la chingada, yo a mis amigos tu al capitalismo y me acompañas a mi
depto?" Ella parece pensarlo un segundo y por toda respuesta se quita el mandil y sale del
mostrador con una nueva ánfora de Bacacho.

Solo tengo una pregunta, le digo ¿Te hiciste ese piercing por que se ve chido?
Ella sonríe, pasa su lengua por sus labios y con lentitud baja el cierre de mi bragueta para
después hincarse frente a mi. Cierro los ojos y disfruto de una lengua, perforada por
la razón correcta.


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