14.1.10

Domingo por la mañana

Ella partió 5 meses atrás.

Emotiva despedida hemos llevado, la misma que ha durado más de 4 años, en donde ella nunca ha estado, en la que jamás comenzamos algo, desde aquel 13 de julio en que nos conocimos.
Ella de una relación tormentosa, asfixiante... yo de los bares, la noche, el vicio.
Pensaba que esta vez sería diferente, pero ocurrió lo mismo, me quede parado en la terminal 1 viendo como se alejaba nuevamente de mi, con una estúpida esperanza de volver a verla, sentirla, de pensar tenerla conmigo.

Han pasado horas, días, semanas enteras, mi cuerpo no responde, no niega que la extraña, pero también lo hace así con mi antigua vida, más ahora, que en brazos de otras mujeres comienzo a recordarla, a sentir su aroma, pero esta vez es distinto ella no está cerca, está mas alejada de mi vida, de mis sueños y recuerdos, ahora es una desconocida, una extranjera, una pasajera.
Mis brazos se extienden a nuevas experiencias, nuevos aromas, nuevas borracheras. Dan las 7 AM nuevamente desde hace algunos días, el sueño no llega, el alcohol no termina, las mujeres rondan, mi vicio no se olvida.
Estoy al teléfono, platico con ella, le explico que esta vez no será igual, que no necesito buscarla, que me alegro que este lejos, que así disfruto mas la vida, que soy indiferente, que estoy vacío completamente, que nada me satisface, que nada me interpreta, ella solo responde que se alegra que al fin yo sea quien decida mi futuro o mi desgracia, que si mañana estoy muerto seria porque así lo he deseado en vida, que ella no solo me recordará, si no que me extrañará tal vez hasta sus últimos días, yo golpeo el teléfono, doy vuelta y destapo otra cerveza.
El silencio asfixia nuevamente mi añoranza de compañía, de una vida compartida, sobre la alfombra sucia de la cocina escupo mi esperanza de poder querer a alguien; miro el reloj, son las 5 de la tarde, alguien llama a la puerta, procuro no hacer ruido para que el visitante pronto se vaya, pero insiste golpeando con más fuerza.
En mi estado destrozado y perdido, comienzo a pensar si la muerte, si acaso es ella, si hoy será mi ultimo día.
Me acerco a la puerta, giro la perilla, ella la empuja con fuerza para no darme oportunidad de cerrarla, comienza a gritarme, a golpearme la cara a patadas yo trato de bloquear los golpes con los brazos, ella insiste.
Al fin miro su rostro, el más bello que he visto, me apunta a la frente con un revolver, me mira sonreír, dispara y llorando me dice:

'Sólo asi te he de amar toda la vida.....'



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