(Paréntesis)

Construimos muros para separarnos
tan altos como sea posible
para que no puedan vernos.
Sólo la torre, el faro vigilante
el ojo colocado entre las nubes
amenaza las posibilidades de la privacidad
situándolo todo en la misma mesa
admitiendo todo bajo el mismo cielo
poniéndolo todo a tiro de piedra.


Habremos de bajar del cielo
para sumergirnos entre las luces.
Habremos de bajar de nuestra torre
de cristal, hierro y concreto.
¿Era acaso este el punto
de vista de los dioses?

Casi no llegan las voces de los hombres
ni siquiera el fragor de sus legiones.
El aliento del aire nos devuelve
la esperanza de vivir lejos del suelo.
Allá abajo quedan los lamentos, insinuados
por el alarido de sirenas metálicas
envolviendo corazones malheridos, ofrendados.


¿Cuándo llegamos aquí?
No lo sabemos. Desde siempre
nos ha parecido contemplar la misma escena.
Ardor, temor, dolores, muerte
y una eterna ceguera producida
por albo esplendor de aguas inertes.


Sólo mirar, amar de lejos
planear, desear, soñar despiertos
saber que ocupamos posiciones excéntricas
teniendo todo más claro ante el tablero.
Pero habremos de bajar, y ocuparemos
a ratos un color; otros, ajenos,
nos situaremos aparte
a contemplarnos.

"La tentación de existir"
es la peor de todas,
hombres grises bajo la lluvia
llueven hombres negros

¡No me tientes!
podría caer
o no lo sé.
Sucumbo
por lo que me atrae
Muero por...
me muero por morirme,
nihilismo de humo
bajo el excepto de fumar.

Sería un buen letrero:
EXCEPTO FUMAR.