Fundado en Peoria en 2002, Minsk ha estado cultivando la exploración sonora, desahogos profundamente espirituales y emocionales desde su inicio. Su nombre lo han tomado de una Ciudad Bielorusa, misma que se ha visto constantemente destruida a causa de severos incendios; y así mismo se ha logrado levantar como un Ave Fénix, de las cenizas de su existencia.
Minsk es una colección enigmática de contraposiciones. La música es inmediatamente moderna, orgánica, y algo mundana; las canciones revuelven viajes acústicos que canalizan los ritmos de la tierra y la resonancia de la voz humana con los sonidos sintéticos de máquinas, amplificadores, caos, y efectos.
Esta banda sabe muy bien manejar sus atmósferas, los tiempos de cada riff se sincronizan muy bien con la rabia vocal y los sonidos con cierto grado de desesperación, ruido potente que se deja ver en los sintetizadores.
Por momentos y sin duda se refleja la inminente influencia de Neurosis, llevando su música a un plano más experimental y densamente introspectivo.
En el 2002 sacan su primera maqueta, que fué muy bien recibido por la escena local... un excelente comienzo para la banda, ya que es un disco bastante bueno, con voces hipnóticas, ritmos lentos y la oscuridad siempre presente, sin duda un disco básico.
Con la clara idea básica de hacer doom, poco a poco fueron incurriendo en nuevos recursos, buscando siempre la no igualdad a lo anterior, agregando sonidos tribales, más presencia en los sintetizadores, más fuerza vocal, etc.
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